Me da vergüenza mi país, me da vergüenza su gente, me da verguenza sus gobernadores, abogados, contadores, médicos, jueces,policías.
Me da vergüenza la televisión abierta, me da verguenza el presidente, su familia, sus amigos, la gente "de esa", la gente mala, la gente egoísta y estirada.
Me da vergüenza el himno patrio, la bandera, la chicha en cacho, la cochina revuelta patriótica y su fervor popular.
Me da vergüenza las arbitrarias aprobaciones, las supresiones, la desidia, las aboliciones, la constante e incontrolable manía de reducir derechos por inercia y brutalidad.
Me da vergüenza porque aquí todo está profano; lo que fue un país de gente bondadosa ahora es un país de esclavos, donde aún quedan defensores de regimenes y sistemas obsoletos, tratando de convencerse de no haber estado ni estar errados.
Estoy cansada de ver mentes desperdiciadas; vacíos intelectuales, el brutal abuso de la inactividad, el desinterés, la desilusión; la fácil y conveniente excusa de ser bruto o ignorante. ¿Condición voluntaria o involuntaria?.
Me da vergüenza todo, todo. Tener que ver como carabineros golpea a madres mapuches; desarmadas e indefensas mientrás éstas sostenienen a sus hijos en brazos; niños reducidos golpeados, avasallados, que por estar luchando por su Derecho a la Educación.
Balas autorizadas, protegidas y auspiciadas por el gobierno.
No tolero; esas caras desvergonzadas, sonrientes, poseídas por un orgullo propio digno de Sátanas. Sonrién porque saben que están logrando todas sus metas, felices de reafirmar su total y absoluto poder de estas tierras; donde tu y yo, ya no somos personas; somos algo así como "mano de obra", "mano de consumo", o "mano de deuda", útil en algún sentido para engrandecer sus podridas arcas.
Creo que sólo hay algo que no me avergüenza de mi país, aunque declaro mi total descontento con éste.
No me avergüenza la gente luchadora y valiente, no me averguenza ni Violeta, ni Gabriela, no me avergüenza la gente capaz de alzar la voz en las calles manifestando su legítimo descontento.
Estamos en represión, a veces tenemos miedo, no nos queda nada, nada que rescatar de sus voraces manos.
Des-humanizamos al animal, lo ponemos en una fábrica, le vendemos alimento y le cobramos impuestos.
Declaro a mi país en estado de depravación, depredación y desesperación. Donde hasta la más antigua premisa "por la razón o por la fuerza", ha sido tomada para engendrar un "slogán" mejor: "sin razón y por la fuerza".
Lean esto: http://www.cavila.cl/2012/01/19/la-verdad-sobre-el-festival-del-fin-del-mundo/
Manifiesta, Lenna o Soledad Correa.
19 de enero de 2012
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