Ebullen toscas ponzoñas en mi corazón, me dan nauseas, me aburro, me dan ganas de agarrar mi maso y caminar balbuceando a mi cueva.
Me choca la iracunda acidez, la ineptitud, el poco tino; como si alguien estuviera soldando un monumento de hierro, a la gran estupidez sobre mi espalda.
Mi grandiosa y amargada paciencia fermenta en mi estomágo, revolcándose, sacudiéndose como si fuera un pez moribundo fuera del agua, respira profundo antes de ceder y de gritar:
- ¡Oiga, no soy un maldito burro, no me sobe el lomo!.-
Lo bueno de quemar rápido a los fusibles, es que el tiempo que toma un estudio serio y su acabada conclusión, es corto y preciso.
El capítulo que acabas de escribir tú, sentencia toda probabilidad de éxito en la operación.
Game over........
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17 de junio de 2012
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